"



La naturaleza es paz, es calma, es una puerta al interior de uno mismo. Te invita a sentir tus raíces, a conocer lo más profundo de ti y conectar con tu esencia. Estar sola ahí contemplando el paisaje es increíble, algo que me llena más que cualquier otra actividad. ¡Es por eso que me motiva tanto escribir sobre este tema!
 Considero que el cuidado del medio ambiente y la naturaleza es fundamental ya que es la tierra donde vivimos, la que nos da frutos para alimentarnos y poder subsistir, es nuestra madre tierra.


El equilibrio medioambiental es perfecto, todos los elementos naturales se encuentran relacionados entre sí y aunque existan alteraciones artificiales o naturales, siempre son subsanadas por la naturaleza y, en este punto, entra la mano del hombre, quien vela por sus propios intereses, pensando más en su bienestar que en la conservación de ese equilibrio. Así ha conseguido iniciar un proceso de degradación medioambiental que nos está llevando a un verdadero caos.
Hechos tan simples como tirar un papel a la calle, dejar desechos en la montaña o botar plásticos al mar demuestran nuestra falta de cultura como sociedad. Nos queda por entender que por mucho que la naturaleza tenga la capacidad de resiliencia o sanarse a sí misma una y otra vez, ésta se agota en energía y recursos, lo que puede llegar a provocar la extinción de la vida en nuestro planeta.

Cambiar el orden de la naturaleza, como por ejemplo el recorrido de las aguas en el caso de las represas, lo único que logra es intoxicar al medioambiente y a nosotros mismos. Creo que lo que logra el ser humano creando este nuevo ambiente tóxico es, finalmente destruirse a sí mismo, a nosotros como humanidad.

He visto con tristeza como un proyecto como Alto Maipo, lamentablemente ha tenido efectos muy nocivos a nivel medioambiental, desde su comienzo hemos visto una clara degradación del Glaciar El Morado, que ha reducido drásticamente su tamaño, y un cambio evidente en el curso de las aguas a raíz de la construcción de túneles.

 

Conti Cajón_

¿Qué tan difícil puede ser involucrarse y comprometerse por un planeta más limpio y natural? ¿Vale la pena intentar volver a las raíces para que las próximas generaciones, nuestros hijos y sus hijos puedan tener una vida más saludable?
 Creo firmemente que el cambio está en nosotros. Todos los días podemos cambiar una acción, andar en bici en vez de auto o reciclar, que son actividades tan sencillas y simples de hacer.

Dicen que una acción se convierte en hábito en 21 días, si es que la haces una acción constante día a día.¿Vale la pena practicar una acción y ser ejemplo como agente de cambio?

Estoy segura que sí y que, aunque el cambio no lo veamos en nuestra vida en la tierra, nuestra descendencia podrá disfrutar de un mundo menos tóxico y natural que nosotros. Creo que SI vale la pena el cambio.